La adicción es una conducta descontrolada en relación al consumo de una sustancia o la realización de una actividad, hábito, etc. que requiere una inversión de tiempo, energía y/o dinero cada vez mayor. La persona pierde el control sobre esa conducta, que disminuye progresivamente su calidad de vida, y que sigue llevando a cabo aunque le provoca un daño evidente. Es muy frecuente que la persona niegue que tal conducta le esté provocando problemas, e incluso que llegue a autoengañarse distorsionando su visión de la realidad.
La persona con adicción no realiza esas conductas adictivas de forma voluntaria. Es posible que en un principio obtuviera placer al realizar esos comportamientos (juego, compras, sexo, internet…), pero cuando se convierte en adicta dicha conducta ya no se realiza por placer, sino por la necesidad de calmar un verdadero síndrome de abstinencia. Muchas veces se las llama las “enfermedades invisibles” debido a que las otras personas no advierten que detrás de esas conductas se padece un alto grado de sufrimiento y de incapacitación.
Hoy en día se habla mucho de adicciones, aunque no todas ellas lo son propiamente. La única adicción reconocida como tal en la que no hay una sustancia es la adicción al juego. Sin embargo, hay otras circunstancias de la vida en la que se producen conductas excesivas (en frecuencia, duración o intensidad) que también pueden ser tratadas aunque no sean propiamente adicciones. Entre ellas encontramos las siguientes:
· Problemas de dependencia: A veces se habla de «adicción a las relaciones» aunque no es un término correcto. Pueden darse problemas de dependencia con la pareja, con determinadas personas o con grupos (sectas, grupos filosóficos, comerciales…).
· Problemas relacionados con las compras: Personas que compran compulsivamente cosas innecesarias y gastando grandes sumas de dinero.
· Problemas relacionados con el sexo: Hay personas que buscan tener sexo con una frecuencia muy alta. Hay que comprobar en cada caso por qué se da ese comportamiento en lugar de llamarlo simplemente «adicción»
· Problemas relacionados con el tiempo dedicado al trabajo: Ocurre lo mismo que con el sexo. Hay que comprobar qué lleva a la persona a dedicar demasiadas horas a su trabajo.
· Problemas con la preocupación con la autoimagen corporal: Se ha inventado el término «vigorexia», pero ni existe como trastorno ni se corresponde con una adicción. Generalmente tiene más que ver con una preocupación excesiva por la imagen corporal.
· Uso excesivo o abuso del móvil: Una preocupación habitual en nuestra sociedad es el uso excesivo que hacemos del móvil. Aunque tampoco es una adicción, hay que comprobar qué puede estar llevando a la persona a dedicar más horas de las deseables al teléfono móvil.
· Problemas relacionados con dedicar demasiado tiempo a la televisión o a internet: Igual que con el móvil.