Hoy en día es fácil superar estas dificultades o sufrimientos, ya que estos trastornos son bien conocidos y se pueden tratar con éxito con terapia psicológica y, a veces, farmacológica. La aplicación de las técnicas cognitivo-conductuales y los enfoques contextuales suponen una especie de entrenamiento que dota al individuo de nuevos conocimientos y nuevas habilidades para controlar su ansiedad.
Los trastornos de ansiedad se superan en un tiempo razonable en la mayor parte de los casos. El tiempo de tratamiento no suele exceder de unos meses, dependiendo del trastorno, su severidad, el tiempo que hace que se sufre dicho trastorno, la colaboración del paciente, etc. Durante esos meses se realiza una única sesión semanal de una hora de duración (aproximadamente).
Al cabo de unas 10-12 sesiones se puede espaciar la frecuencia de dichas sesiones a una por cada dos semanas, y más adelante espaciarlas más, desvaneciendo la frecuencia poco a poco, hasta dar el alta. Ahora bien, hay que insistir en que no todos los trastornos de ansiedad son iguales; por ejemplo, el trastorno obsesivo-compulsivo, cuando es severo, tiene un peor pronóstico que el que acabamos de describir.