Tipos de trastornos de la alimentación
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Existen varias clasificaciones que recogen los posibles diagnósticos relacionados con trastornos de la conducta alimentaria. El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales –IV– Versión Revisada (DSM-IV-TR) solamente recoge la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa con sus correspondientes subtipos. Hoy en día se han sumado nuevos términos que pretenden conceptualizar algunos conjuntos de comportamientos como nuevos trastornos, y aunque no han sido aceptados aún por los manuales de referencia, se han extendido entre la población. Conceptos como Vigorexia, Megarexia u Ortorexia se escuchan en los medios de comunicación como si fueran fenómenos estudiados suficientemente por la psicología clínica (ver Otros problemas alimentarios).

De cualquier modo, si entendemos los trastornos alimentarios comodiversas manifestaciones del Trastorno de Evitación Experiencial, el diagnóstico que hagamos no será más que una etiqueta para describir qué síntomas padece el paciente. En cambio, será la evaluación individualizada la que nos va a permitir una intervención adaptada a cada persona.

En este apartado vamos a describir brevemente algunos de los trastornos alimentarios recogidos en los manuales diagnósticos. Incluimos el Trastorno por Atracón que, aunque no aparece aún como tal en los manuales, sí tiene un cuerpo de investigación detrás que puede llevarle a entrar como diagnóstico en un futuro próximo:

–     Anorexia nerviosa: El uso de término “anorexia” se ha considerado erróneo por parte de algunos investigadores de los trastornos de la conducta alimentaria, ya que en sí mismo viene a significar “falta de apetito”, lo que no se corresponde con la experiencia de las personas que sufren este trastorno. La anorexia nerviosa se caracteriza por un rechazo a mantener un peso adecuado en función de la talla y la edad, relacionado con un miedo intenso a la obesidad. En las personas con anorexia nerviosa encontramos frecuentemente alteración de la imagen corporal (se ven más gordas de lo que realmente están), y cuando el paciente es mujer es común la presencia de dismenorrea (irregularidades en la menstruación). El primer tipo de anorexia nerviosa es el restrictivo, en el que la persona realiza dieta y ejercicio físico para disminuir el peso. El segundo tipo es el llamado purgativo, en el que además de dieta y ejercicio, la persona afectada se autoprovoca el vómito y frecuentemente toma medicamentos para incrementar el efecto de la dieta.

–     Bulimia nerviosa: La bulimia se caracteriza por la presencia de atracones, en los que la persona ingiere una gran cantidad de alimentos en un periodo de tiempo corto, y la sensación de durante estos atracones no existe control sobre la conducta de comer. Tras el atracón es frecuente que aparezcan sentimientos de culpabilidad e inutilidad que la persona intenta eliminar provocándose el vómito, usando laxantes, ayuno o ejercicio físico excesivo (bulimia nerviosa tipo purgativo), aunque no es necesario para el diagnóstico que existan estas conductas compensatorias (bulimia nerviosa tipo no purgativo)

–     Trastorno por atracón: Si bien el llamado Trastorno por atracón no aparece hoy en día en los manuales como un diagnóstico, sí que se ha investigado sobre éste y existen datos que apuntan en la dirección afirmativa, por lo que es posible que, a diferencia de los que veremos después (Vigorexia, Megarexia y Ortorexia), aparezca en un futuro como un trastorno en los manuales. El Trastorno por atracón se caracteriza por la presencia de atracones frecuentes (al menos dos veces por semana) que provocan un nivel intenso de malestar psicológico en la persona. La diferencia con la bulimia nerviosa es que la persona no lleva a cabo de forma común comportamientos purgativos o de reducción del peso como dietas o ejercicio físico excesivo. Normalmente los atracones surgen con la finalidad de aliviar algún tipo de malestar subjetivo (ansiedad, depresión, etc.). Al igual que en el resto de trastornos alimentarios, para un correcto abordaje de este problema habría que realizar una evaluación que nos permita analizar funcionalmente las conductas alimentarias inadecuadas en relación con el malestar de la persona y sus objetivos vitales.

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